miércoles, 28 de octubre de 2009

Pues soy culpable


A un hombre se le conoce por muchos nombres. A mí me conocen como Esteban, pero también hay quien me conoce como "amigo", hay quien me conoce como "hijo". Incluso hay quien me conoce como "eh, tú". Pero el nombre no es lo que te hace ser persona. No es tu nombre. Ni tu color de piel. Ni es tu tendencia sexual ni la ropa que te pones. Lo que realmente te hace ser hombre es cómo te comportes.
Nos gusta deslumbrarnos con los grandes aspectos de la vida. Mientras nos movilizamos para que dejen fumar en el istituto, o se lo prohíban también a los profesores, sigue habiendo atascos en la carretera. Yo sigo teniendo movidas por tonterías... Nah, no creo que existan las grandes respuestas para las grandes preguntas.
Pero sí croe que existen pequeñas respuestas para pequeñas preguntas, que nos ayudan a comprender mejor la naturaleza de esas grandes preguntas. Hay días en los que te levantas y dices "¡pues no todo va a ser una mierda!".
Es cierto que ns encontramos muchas puertas cerradas, pero una puerta cerrada no es más que una puerta que espera para ser abierta. ¿Cómo? Pues aunque resulte estúpido, la mayoría de las puertas se abren sólo estirando el brazo y girando el pomo.
El miedo a lo desconocido es, y probablmente será, la piedra más grande que encontremos en nuestro camino. Pero una vez escuché a Chojin contar que "una piedra por muy grande que sea no puede tener inteligencia". Así que si no puedo sortear una piedra... Entonces sí que tengo un problema.
A un hombre se le conocen con muchos nombres. A mí me conocen por Esteban. Pero dentro de unos años me gustaría que me conocieran por eso. Por haber sido un buen hombre.
"¿Que soy incorregible? Pues vale, pues soy culpable."

lunes, 26 de octubre de 2009

Querido diario


Hace bastante que no te escribo. Tampoco he tenido tiempo realmente. Todo está pasando muy rápido. Demasiado. Me siento como Tato en la estación de tren (momento anécdota). No es que no llegue a coger el tren. Es que llego. Pero cojo el que no es, y luego tengo que tirarme al andén en marcha. Cojo demasiados trenes pero ninguno es el que espero. Me han cambiado el horario y no sé donde mirar el nuevo.
Hemos vuelto a las clases. Estoy trabajando como un animal. Como un animal que trabaja, por supuesto. No como un zángano que lo más que hace es estresarse si le pasas del Sol a la sombra. Hoy ha sido el primer examen y estoy bastante decepcionado, más allá de un fuerte enfado con mi amada, adorada, idolatrada, venerada etceterada profesora de economía.
La clase está bien. Me he encontrado con un par de chavales que parecen majos, aunque aún no les conozco demasiado parece que me puedo fiar de ellos. No obstante, también están los viejos conocidos a los que por más que intento no hacer caso termino ladrando. No esperaban menos. Tampoco yo esperaba otra cosa. Me conozco muy bien.
Estoy escribiendo un libro. No es lo que había soñado. Pero visto que no valgo para las canciones, algo habra que ecribir, aunque sólo sean frases de otros.
Las mujeres son raras. Lo tengo asumido. No creo que quepa mucho más comentario.
Llevamos un mes de clase y ya tengo dos citas a las que no puedo faltar. La primera es Bucarest. Pasaré allí una semana con mi hermana y otros compañeros de clase en diciembre. Chollos de la interculturalidad. La otra queda un poco más lejos y a la vez un poco más cerca. Hay que esperar justo 6 meses más, pero Madrid es la ciudad de destino en vez de la escala. Madrid, Cádiz y Santander. ¿Alguien cree que haya que ir hasta Rumanía para interculturalizar? ¡Que nos paguen la entrada al concierto!
Poco más que añadir, y nada que merezca la pena. Así que mejor dejarlo antes de cagarla. Sí, mejor dejarlo antes de cagarla.
"Como que si esa chavala se pone a bailar acabará bailando toda la sala..."

lunes, 19 de octubre de 2009

España, y yo en dirección prohibida.


¿Crees que me reresenta su bandera? Nací aquí por coincidencia. Que explote la COPE y le pille dentro a Ángel Aceves. Que un obispo maricón sea portada del jueves. En el país donde los tuertos gobiernan a los ciegos mi frase favorita es "españoles, Franco ha muerto". Y no va a volver. Que vuelva si puede. ¡A devolvernos los 40 años que nos debe!
"En todo caso, la gota que rebosa el vaso"

viernes, 16 de octubre de 2009

Ik Ben God Niet: La sonrisa del jugón.

Se nos va con 34 años. Nació en los 70, sus gestas se fraguaron en los 90 y su recuerdo es inmortal. Estas son deliberadamente las palabras con las que he querido enfrentarme al fólio desde la fatídica noticia.

Efectivamente amigos, Frank se ha ido. He de reconocer que al principio me costó mucho asumirlo. Es más, realmente no me lo creía. Pero, con el paso de los días, estoy empezando a darme cuenta de que es cierto.

Ha sido un golpe muy duro para los que aún creíamos en su recuperación, los que soñábamos con volver a verlo haciendo de las suyas. Además, el palo nos viene en el peor momento posible. Confieso que si hace dos años me hubiesen dado esta noticia, sería el primero en decir "lo imaginé". Pero no ahora. No cuando después de años de drogas, alcohol, depresiones, estancias en psiquiátricos e intentos de suicidio, al fin parecía estar saliendo. Estaba siendo el más fuerte de esta carrera suya tan particular. Salió de todo aquello. Ese es el problema de todo lo anterior. Nunca sabes cuándo te va a pasar factura. Y a Frank le tocó el lunes.

Un daño aún mayor porque, más allá de la profunda admiración que sentía por él, tuve la suerte de conversar con él varias veces, tanto a través de MSN como de Facebook. Incluso quedamos para salir con la bici algún día juntos, cuando él viniera a concentrarse al norte de España en invierno. Al menos, y eso sí que nunca se me olvidará, me siento afortunado de haber intercambiado algunas palabras con el que ha sido uno de los principales iconos de mi juventud y una de mis grandes motivaciones a la hora de salir a pedalear.

Veo difícil que pueda volver a admirar a alguien tanto como lo he hecho con él. Vale que cometió muchos errores en su vida. Demasiados. Y que nunca supo comportarse. Pero no era mala persona. Al revés. Además de agradable con sus fans.

Y sobre la bici, bueno, qué decir de él. La elegancia, la clase personificada. El pedaleo redondo que todo el mundo busca. No golpeando los pedales hacia abajo, sino casi acariciándolos suavemente para invitarlos a subir. Sencillamente inigualable.

Frank era un genio. Y como todo genio, se consumió victima de sus propios miedos. Pero su recuerdo es imborrable para todos los que le vimos alguna vez. Un genio que no supo aguantar toda la presión que se cargó sobre sus hombros.

Frank será siempre un martir para todos los que merecieron una segunda oportunidad. Un icno, como lo ha sido para mí. Descansa en Paz, allá donde estés. Mientras, nosotros te recordaremos así. Como en la foto de arriba. Sonriendo.

"Yo tampoco soy Dios."

lunes, 5 de octubre de 2009

Donde duele inspira


-Tranquilo, chico. No tengas miedo...
-No tengo miedo. He visto borrachos muchas veces.
-¿Qué pinta tienen?
-No hay mucho que ver. Bueno, no tanto como ellos parecen creer. ¿Cuánto es lo bastante borracho?
-Buena pregunta. Ven aquí. Siéntate. Te diré cuánto es lo bastante borracho. Bien. Lo que aquí se ha planteado es cuánto es lo bastante borracho.
-Sí.
-Y la respuesta es que depende de las células del cerebro.
-¿Del... cerebro?
-Así es, Harry. Con cada vaso de licor acabas con cientos de esas células. Pero eso no importa mucho, porque tenemos millones.
Primero mueren las de la tristeza, así que estás sonriente.
Luego mueren las del silencio y todo lo dices en voz alta, aunque no haya ninguna razón. Pero eso no importa.
No importa. Porque después mueren las de la estupidez y hablas con inteligencia.
Y por último, las de los recuerdos... Esas son difíciles de matar.
"Mira chica
¿sabes qué perjudica?
perder la virginidad
sin saber lo que significa"

viernes, 2 de octubre de 2009

Hola Corazones. Adiós corazonada


Hoy hemos tenido una muestra, una más, de por qué el mundo no funciona. Llevamos, al menos yo, 6 años esperando ver la imagen de hoy. ZP y Rajoy y sus chuches masculinos apoyando la misma causa. Y perdemos.

La injusticia la deciden unos pocos y afecta a otros muchos. Los madrileños llevan mucho sufriendo la realidad de unas obras infinitas. Por no hablar de las ilusiones de algunos como el que suscribe. Llevadas a cabo para ser la mejor hoy. Y te gana una ciudad que no sabe si llegará a tiempo. Sin instalaciones. Con un presupuesto difícil de asumir. Sin patrocinadores, ya que se dejarán el dinero en el mundial de fútbol de 2014. Y un largo etcétera.

Yo sólo digo una cosa: Que se pare el mundo, que yo me bajo.