martes, 29 de diciembre de 2009

Propósito de enmienda

Siguiendo con la Navidad, otro elemento típico son las promesas. Los intentos de cambio. O mejor dicho, las promesas de intentos de cambio. Muchas veces estas ideas, ya no es que no llegan a buen puerto, sino que directamente ni zarpan.
Yo por mi parte, no podía ser menos. Que dos de las personas a las que tienes más cariño te digan que eres anormal profundo o que siempre crees que tienes razón te hace replantearte bastantes cosas.
La verdad que yo también tengo cambios de humor. Tan pronto me replanteo mi vida y digo "voy a aprender a -----" [rellénese con el verbo que se quiera. Tengo muchas cosas por aprender], como digo "soy así, y al que no le guste dos problemas tiene".
Ahora mismo estoy en la primera fase. Supongo que por la influencia de las fechas en las que estamos. O simplemente porque esta vez es verdad, y me he dado cuenta de que soy un capuyo. Quién sabe.
Os cuento el resultado a mediados de enero xDDD.

"No te puedo prometer que cambiaré, no sé si podré hacerlo."

martes, 22 de diciembre de 2009

Llínguelbels!

Bien. Después de unos segundos de meditación queridos lectores (siempre quise decir eso. Leedlo en alto. "Queridos lectores", qué bien suena. oh!), he llegado a la conclusión de que la Navidad, como época del año especial que es, tiene sus propias incongruencias:

LA MÚSICA: "...pero mira como beben los peces por ver a Dios nacido...". A ver. No hace falta tener un máster en biología para saber que los peces beben porque así respiran. Si no se mueren. ¿De dónde ha sacado este tío que lo hacen porque ha nacido Dios? ¿Dónde parió la virgen para que los peces vieran el parto? ¿En una piragua?
"El camino que lleva a Belén baja hasta el valle que la nieve cubrió." Claro, todo el mundo sabe que en la zona central de Israel las nevadas son abundantes de toda la puta vida...
Y así un sinfín de idioteces que nos taladran los oídos.

LOS REYES MAGOS: Cuando eres pequeño Los Reyes Magos Molan. No hay duda. Pero cuando vas creciendo, te das cuenta de que hay cosas que no encajan. Principalmente hay dos opciones cuando ves la carta que Melchor te escribe para que seas bueno: O tu madre es su secretaria, o es el mismísimo Melchor el que te firma las notas del colegio. Porque la letra es exactamente igual.
Luego sí, los reyes son los padres. Pero sigue habiendo algo que no encaja. Si los reyes son tres y los padres dos, ¿quién es el negro? Casi prefiero no saberlo.

Eso por no hablar de la comida o los regalos, que también se las traen. Pero bueno, voy a ir dejándolo. Desde aquí desear a mi queridos lectores (oh, me encanta!) una Feliz Navidad y esas cosas que se dicen.

Posdata: Aunque me tome esto a risa, y pueda disfrutar de unas buenas navidades, no me olvido de la gente que ya no en estas fechas, sino durante todo el año, tiene a penas algo que llevarse a la boca para sobrevivir, que cohabitan con la muerte, que las únicas cabalgatas que ven son las de los tanques y regimientos enemigos, o que por gracia (o desgracia) del mismo Dios al que alabamos venga una ventisca o una tromba de agua y les prive de un lugar que nadie les va a devolver. Porque como me dijo Gaby, no olvidemos que en el Infierno también es Navidad.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Y rodar...


Autobús. Madrid. Barajas. Espera. Larga espera. Avión. Primer vuelo para algunos. Llegada. ¿Y mi maleta? Recepción en Bucarest. Recepción, no obstetricia. Toma de contacto. Primeras impresiones. Más autobús. Ploiesti. Refinerías. Carreteras en mal estado. Bailes típicos. Cerveza rumana. Pizza per tutti. Modelos también rumanas ¡Ramón! Taconeos en el sitio equivocado. Tres sombreros de copa. Fotos. Mamaliga. Feria. Cuidado con los dinerrros. Exposición de cuadros. Museo de relojes. Música en McDonalds [foto]. Estación. Al vent. Despedidas. Odisea en el tren. Brasov. Frío de cojones. ¡Otra vez Ramón! Más mamaliga. Más McDonalds. Más cena. Drácula. Más despedidas. Comida en el tren. Paisajes encantados. Paisajes encantadores. Albergue. Massachusets. Sex on the Beach. Más cerveza rumana. Pelo mojado. Discusión. Terapia individual. Madrugón. Terapia de grupo. Regalo original. Reconocimiento de Bucarest. Comida pija. Robo de jarra. Nieve a espuertas. Kentuky en Rumanía. Massachusets, Nueva York y Sidney. Fiesta. Mafia. Sueño. Aún más autobús. Aeropuerto. Avión. Madrid. Encuentro. Metro. Estación de Autobuses. Despedida.
Autobús. Más terapia. Emociones a flor de piel. Santander. Sweet Home.
Genial. Perfecto. Maravilloso. Espectacular. Inolvidable. Increíble. Superior. Masmola. ¿Cómo que no hay palabras?
Bendita escala allí donde solíamos gritar. Yo mataré monstruos por ti. Creas adicción.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Querida Conshi:

No creo que nunca leas esto. Casi mejor. Pero bueno, te escribo un comentario sobre nuestra última discusión como si lo estuvieses haciendo.

Ninguna gilipoyez es respetable. Lo único respetable es el derecho de cada cual a expresar cualquier gilipoyez. Tan respetable como, acto seguido, el derecho de los que le escuchemos a llamarle gilipoyas.

Me ha costado, pero he conseguido resumirtelo en una frase. Espero que, en caso de que lo leas, al fin me des la razón. Porque sé que la tengo.

Me encataría poner arriba una foto de Petty, pero no la tengo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Me equivocaría otra vez




-Algún día podrías escribirme una entrada.-

-Tal vez...-

-Te lo ordeno.-


Ante estas palabras, realmente no tenía muchas opciones, así que me senté pensativo a preparar mi próximo escrito. No sabía muy bien cómo empezarlo. Ni cómo acabarlo. Ni cómo mediarlo (qué bonito es inventarse palabras). Y como no sabía que escribir, escribí. Escribí del tiempo. De amigos a los que ayudar. De profesores que me marcaron. De otros. De superhéroes. De mí. De política. De Madrid2016. De las preguntas que se hacen las estrellas. De casi todo escribí esa noche. De todo, menos de lo que realmente debía escribir. De ella.


Así que repasé lo que habíamos hecho juntos. La primera impresión no fue buena. No está bien que lo primero que le digas a alguien sea que es rara y tímida. La segunda es casi peor. "Ven que te lea la mano". 'Las dos primeras cosas que le digo a una persona son la mayor mierda que se te puedan ocurrir', pensé recordándo esto. Pero la tercera fue algo mejor ya, aunque tampoco para tirar cohetes. "¿Por qué gritas? A mí me pondría nerviosa". Y la cuarta, es mucho mejor, pese a lo que pueda reflejar la frase "eres tonto e innecesario". "No te lo tomes así, pero no me fío de ti. Sería como si se lo dijera al primero que pasa."


Esta recopilación me llevó a afirmar que no sé por qué me gusta hablar con ella. No sé por qué disfruto cuando discutimos. No sé por qué sigo haciendolo y no sé si ella sentirá lo mismo. Pero me gusta. Y lo sabes.


-"¡No soy tímida y rara!"-

-"Ya, pero yo eso no lo sabía."


Y eso...