martes, 15 de septiembre de 2009

Estoy aquí


- ¿Sabes cuál es esa sensación? Sí, esa sensación que te produce la impotencia de ver a la persona con la que compartes todo herida, dolida y derrumbada.
- No, no he tenido esa mala suerte...
- Pues nada, es mejor que no la sientas, porque es muy duro ver que no le puede ayudar. Ver que su malestar se debe a otra persona, y que tú no tienes poder para que esas cosas cambien. Son momentos en los que casi sufres tanto como la persona que como costosamente puede, está a tu lado.
- ¿Y eso no se puede cambiar?
- Yo no sé si se podrá cambiar o no, sólo sé que vaya a donde vaya AHÍ ESTARÉ YO, para ayudarle en sus penas y compartir sus alegrías.
"No puedo llorar por ti, pero lloraré contigo"

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