miércoles, 7 de abril de 2010

Y es que me encuentro tan bien... (Papapa papa papá...)







Antiguamente se decía que una ardilla podía cruzar de punta a punta España sin bajarse de los árboles. No sé si se referiría "desde Barna a Badajoz", o "desde Reinosa hasta Heré", como dice la canción. Lo que está claro es que no somos ardillas, y no vamos por árboles, por mucho que nos gusten algunos. Lo que está claro, es que recorrer España de punta a punta es posible.




Aún recuerdo el inicio del equipo A. "En 1972, cinco hombres fueron expulsados de la marina de los Estados Unidos de América por un delito que no cometieron. Ellos son...". Podría hacer lo mismo para comenzar esta historia, pero no lo voy a hacer. Que ya es bastante raro así como para encima meterme con mis pajas mentales (para todo lo demás, Masterhand).




Los sueños no se cumplen. Pero hay cosas que sabes que se cumplirán, que se sueñan. O a veces sueñas con cosas que ya se han cumplido. A mí me han pasado las dos cosas. Primero la noche del jueves al viernes, y luego del viernes al sábado. En medio, obviamente, estuvo el viernes. Viernes Santo, para más señas. El Sábado que se presuponía de Pasión, y el Domingo de Resurreción no fueron tal. Bueno, el Domingo de Resurrección sí. Tocaba volver a la vida. A la vida normal obviamente. Nadie había muerto. Al revés. Había nacido una ilusión, con tanto y con tan poco. Con tanta distancia y tan poco contacto físico hasta entonces. Ninguno.




Pero pasó. Lo bueno que tiene tirar una línea de norte a sur de un país, es que pasa por cojones por el centro. Madrid Zona Bruta. Y si se alinean los astros y el centro también está conectado con el norte, pasa lo que pasa. Y cosas que aún pasarán. Unas cuantas, la verdad. Porque creo que nos hemos dado cuenta de que mil kilómetros no son tanto.

4 de Copas (alguien tenía que sacar la foto...).


Acción Sánchez dijo que hay canciones que son fotografías. Sin duda, recordar el viernes pasado es como encontrarme una Sirena.

2 comentarios:

  1. el norte.
    precioso norte.
    y si que hay sueños que se cumplen, lo raro, es que dejan de ser sueños apra convertirse en realidades.

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  2. Me reencarno en el pequeño novio de Esther que te miraba con la boca abierta, porque al fin de al cabo es lo que hacíamos todas.
    Creo que estoy pasando los días más aburridos de mi vida, ahora nada se puede comparar con la semana pasada. Ahora todo es gris.
    ¿Dónde me dejé el verde del Norte?

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