lunes, 25 de octubre de 2010

Molinillo, muele.

Lo que surgió como un fin acabó antes de ser un medio. Sobre el escenario se corrieron las cortinas y apareció poco más que un puñado de polvo de estrellas que crecía cada vez más mezclado con otros instrumentos inútiles. Títeres descabezados, una guitarra sin cuerdas, un par de condones pinchados y un reloj de cuco sin cuco, todo ello apilado sobre el polvo que cubría toda la tarima. Sólo polvo. Me ofreció un cigarro extendiéndome su pitillera y acepté mientras me desplomaba sobre mi butaca ya rozada por la nube de smoke. Fila 4, asiento 11. Viaje sin retorno. Y sin ida. No había próxima parada. Lo que surgió como un medio resultó ser el fin.

Molinillo, para de moler.

2 comentarios:

  1. puedes pedir la programación, a ver que obra ponen después... a lo mejor te gusta más. O a lo mejor hay una segunda parte de esa misma, a lo mejor.
    yo nunca daría el aplauso (o abucheo) definitivo :)

    nunca, nunca.

    ResponderEliminar
  2. Escritor, escribe... o canta, o cuenta, o suma letras, o muele verbos hasta sacarle brillo a alguna historia, o a muchas músicas.

    Hoy ya he pasado por otro blog con otro molinillo, pero de café éste último...

    En fin, que seguro aciertas con la programación, visto lo visto, leído lo leído.

    Abrazo, fila uno...

    Mario

    ResponderEliminar