lunes, 5 de octubre de 2009

Donde duele inspira


-Tranquilo, chico. No tengas miedo...
-No tengo miedo. He visto borrachos muchas veces.
-¿Qué pinta tienen?
-No hay mucho que ver. Bueno, no tanto como ellos parecen creer. ¿Cuánto es lo bastante borracho?
-Buena pregunta. Ven aquí. Siéntate. Te diré cuánto es lo bastante borracho. Bien. Lo que aquí se ha planteado es cuánto es lo bastante borracho.
-Sí.
-Y la respuesta es que depende de las células del cerebro.
-¿Del... cerebro?
-Así es, Harry. Con cada vaso de licor acabas con cientos de esas células. Pero eso no importa mucho, porque tenemos millones.
Primero mueren las de la tristeza, así que estás sonriente.
Luego mueren las del silencio y todo lo dices en voz alta, aunque no haya ninguna razón. Pero eso no importa.
No importa. Porque después mueren las de la estupidez y hablas con inteligencia.
Y por último, las de los recuerdos... Esas son difíciles de matar.
"Mira chica
¿sabes qué perjudica?
perder la virginidad
sin saber lo que significa"

2 comentarios:

  1. Esto me suena de algo.
    A veces es dificil matar el recuerdo pero creo que es más duro intentar traer al presente la chispa de una vivencia pasada. Y para eso. Para eso no hay alcohol que valga.. o bueno, tal vez LSD

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  2. Cuando quiero olvidar, me tumbo en la cama y sigo aquello que leí de pequeña en un libro. Me imagino a mi misma, dibujada en un papel y con una goma invisible comienzo a borar. Lo que más trabajo me cuesta es borrar los recuerdos. Porque esos son lo que siempre permanecen en mi. Martilleando mi cabeza día a día.

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