jueves, 3 de junio de 2010

No te quiero tanto...

El Sol se ha metido en el bolsillo de la noche y la Luna me sabe a poco. Nunca me es suficiente ni su luz ni mi sombra ni la esquina del cielo donde se esconden el resto de las cosas que yo siempre te oculto. Pongamos que te pongo y tú me pones las cartas como siempre sobre la mesa, pero hoy gano aunque alumbren más tus ojos que mi farol. Me entran las dudas de si son las buenas intenciones o el vicio lo que me hace comportarme como si fuese a la vez tu red y tu precipicio, tu lija y tu terciopelo. Aunque a veces sea yo quien caiga como si tratase de buscar una salida a este camino que gira en espiral y levanta el polvo pero, ¿sabes qué? Sólo utilizando luz se provocan sombras, y menos por menos siempre es más. Seguramente no entiendas ni la mitad de lo que digo, a veces es mejor dejarse y llevarse que dejarse y llevar. Ser día y noche sin serlo, tú... Ya se me va otra vez. En este momento sé que piensas en mí, luego existo. Y en este momento existo para pensar en ti. Y a veces recurro a versos que no son míos para expresar cosas a las que aún no he puesto nombre, o para dejar de ponerle tu nombre a todo.

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