domingo, 15 de noviembre de 2009

Elige cómo quieres que acabe la historia.
















Una vez más el Superhéroe acude. Alguien me necesita. La marca es poner mi símbolo en las nubes. Sólo me llaman cuando todo lo demas falla y urge encontrar a alguien que no se arrugue.

La moral no es más que otro lastre más que impone la sociedad para impediros volar. No hay malos muy malos ni buenos muy buenos. Fuera de los cuentos, todo se vuelve mucho más complejo.

Con el glamour de la verdad más cruda, monto en mi supercoche en busca de nuevas aventuras. En la ciudad gobiernan chulos, prostitutas. Polis corruptos, Coslada: basura.

Lo que me piden esta vez en tan difícil que ni siquiera yo sé bien si podré servirles. Me comentan que han raptado a Inocencia, y pretenden que yo la devuelva ilesa pero todos quieremos a un superhéroe que nos arregle lo que no podemos. Siempre es más fácil pedir que trabajar. Desidia es la reina de esta ciudad.

¿Dónde empiezo a buscar? Inocencia podría estar en cualquier parte de la ciudad. Quizá tenga una pista: Hay una cantina clandestina que regenta el Señor Envidia. Algo está claro: si me llaman es porque Diplomacia ha fallado, así que entro a saco. "Escúchame bastardo. No estoy jugando. Dime lo que quiero oír o si no te mato". Es curioso observar las reacciones de las personas. La violencia es una mierda, sí, pero funciona. Señor Envidia dice que Señor Odio es el capo, la mente que ha planeado el rapto. Y dar con él va a ser mucho más complicado.

En el pasado ya nos hemos enfrentado, y he de reconocer que Odio siempre me ha ganado. Así que pienso si valela pena arriesgarlo todo para salvar a Inocencia. Concluyo que lo mismo no, pero a la mierda. ¿Soy un Superhéroe no? Pues siguiente viñeta.

Mis Superpoderes son limitados: valor, constancia, trabajo y rayos cuando hablo. El Señor Odio en cambio puede hacer que el tipo más sensato cometa el acto más depravado. Pero como digo no temo. Quizá odio sea invencible pero lo intentaré de nuevo.

En una vieja fábrica abandonada encuentro a Inocencia inconsciente y amordazada. El Señor Odio me propone un trato: "únete a mí y libero a Inocencia. Si no, la mato".

Yo le contesto: "

Posdata: Que cada uno termine la historia a su manera al firmar.

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